EL VIEJO PIOLÍN
Un punto vertical que se desliza blandamente hacia el suelo
apenas sostiene el aire.
Lánguido busca sus recuerdos, sus viejas ataduras, el amarre.
El ahínco de no perder las cosas que se quieren ó querían.
Ser objeto preciso de manos nerviosas y desinteresadas.
Olvidado en un clavo, flota casi raído.
Despellejado en su extremo como un fantasma sin alma; ahoga la pena
en un trasluz de sombras que embriaga la tardecita.
Alguién arrancó su ilusión y hoy, no es más que un hilo.
HUMO
Los hijos son el único, puro y verdadero e incondicional amor
que existe...
Me arrancaste la sonrisa de la cara
a girones, con palabras nauseabundas.
No mediste consecuencias,
poco te importó el impacto de tal acto.
Sentimientos rotos,
dolor agudo y sangrado.
Me quebré por dentro
y afloró la lágrima,
la rabia, la impotencia.
Abriste la puerta equivocada
e invadiste mi espacio
como un ratero,
escupiendo el odio visceral
de tus entrañas
a lo más sagrado, que es, un hijo.
Fué un golpe bajo, inesperado.
Yo, no lo merecía.
Y vos... vos, me das asco!
Vaya, bonito texto, pero nunca debemos dejar que nadie nos arranque la ilusión, ya que sin ella, solo somos almas perdidas sin claros objetivos en la vida.
ResponderEliminarSaludos
me he quedado estupefacta, sin palabras FER
ResponderEliminares un poema que remece porque se adentra en lo que uno a veces teme
y no podemos evitar el pensarlo
felicitaciones
besitos y buen fin de semana
Me impresionaron estas bellas palabras; pocas, pero dicen demasiado. Un abrazo
ResponderEliminarTardé en comentar. Pero se me ocurre que los recuerdos pueden estar atados, como si fueran piolines de la memoria, teniendo a desatarse y a enredarse con otros. Y cuando vuelven a anudarse no lo hacen exactamente como estaban.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos, son mas fieles con sus comentarios que yo misma. cada vez mas esporádicas mis apariciones, estoy ocupada con otros proyectos pero aunque quiera no me puedo alejar de este lugar y de la escritura. La vida es sabia y aunque no hago mucho por o le presto poca atención me regala cada tanto un deseo irrefrenable de escribir y largo estas cosas, estas lineas que andan atoradas, casi reacias a salir, pero salen y ustedes al leerlas las hacen brillar. los abrazo! HUMO
ResponderEliminarHermoso (la vida es un piolín). Te diría que da para ponerle una guitarra de fondo... y criolla surera.
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